sábado, 28 de abril de 2012

Iluminados por la revelación sobrenatural, sabemos que estamos hechos a IMAGEN de Dios, según testimonia la Sagrada Escritura. La imagen es imagen tan solo, puede ser mejor o peor, más auténtica o menos. Ahí está nuestra tarea: buscar la manera de cómo perfeccionar, desarrollar esta semejanza espiritual con Dios que tenemos. Porque esta capacidad de parecerse la creatura a su Creador es GRACIA, es DON de Dios, y con la gracia es necesario colaborar para potenciarla y llevar a un final feliz. Si nos imagináramos nuestra alma como una especie de espejo, habría que mantenerla siempre bien limpia o bien limpio, para que Dios pudiera verse en él, reconocerse en él, encontrar algo de sus perfecciones cuando mire a fondo en nuestro corazón, examine nuestra vida... 

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